Guerra Civil: Ruinas en Belchite

Estaba hoy repasando fotos de hace unos años, de nuestros primeros viajes en autocaravana, y me he encontrado con esta serie de fotos del pueblo viejo de Belchite (Zaragoza).

Dejando obviamente de lado el hecho de que en una guerra civil no hay "buenos" ni "malos" la verdad es que un paseo por las ruinas de este pueblo que (salvo actuaciones para salvaguardar la torre del reloj) esta intacto tal cual fue bombardeado te enseña dos cosas inmutables.

- El ser humano es destructivo por naturaleza y fraticida por instinto. Primero yo, despues yo y si tu no estas de acuerdo... al paredon. O dicho de otra manera; si no estas conmigo estas contra mi. Las ideas llevadas al extremo de un monologo sin participacion causan estas cosas.

- Mas de 60 años despues imbeciles que tuvieron la suerte de no vivir estos hechos se permiten el lujo de expresar sus opiniones al respecto con pintadas por el pueblo para recordad que por mis ideas ¡MA-TO!. Pero tanto de uno como de otro "bando" (¿bandos 60 años despues?).

El pueblo fue bombardeado repetidas veces al hallarse justo en el "frente del Ebro". Por momentos fue republicano y en otros nacional. El bombardeo que practicamente lo destruyo segun tengo entendido fue ejecutado por el bando republicano. Ese señor que gano la guerra bajito y con fajin decidió que este pueblo no iba a ser reconstruido sino que se crearia un "nuevo Belchite" al lado para preservar el pueblo viejo tal cual como memoria de los caidos (de su bando, deduzco) y como recordatorio de lo que no debe volver a pasar (supongo que recordatorio de que si alguien tosia podia pasar algo asi de nuevo).

El hecho es que el pueblo esta tal cual. Y encima hay grabadas psicofonias alusivas a la guerra, por lo que no es extraño ver vagar a primeras horas a grupos variopintos buscando lo extraño. La verdad es que (como podeis ver) con niebla acojona un poco.

Os recomiendo la visita. Para los niños, bien explicada, es muy instructiva y para los mayores es un tiron de orejas psicologico de lo que puede pasar si nos dejamos llevar por ideas extremas (en cualquier sentido) sin escuchar las del contrario.